imagen de Carlos Pérez
Hay una fragancia rotunda
con tesitura de arándanos,
que flota desorientada en la estancia
golpeando la albura de mi pecho.
Una alegría sencilla y profunda
que nos engrasa los engranajes,
robusteciendo nuestros cimientos
en suspiros de pura magia...
Con un sabor a "Por fin"
y un regusto a milagro,
como el trino lindo de un jilguero
celebrando el hecho de estar vivo
sobre el trigo limpio que viste el campo.
Hay un despliegue de cielo
justo a los pies de tus labios,
con un aroma de espliego
y un derroche sincero
de jengibre confitado.
Unas manos de lana
andan tejiendo calladas
manantiales de romero
y acequias de canela en rama,
que nos resguarden del viento
y las inclemencias del tiempo.
Hay un puente de piedra
que me lleva desde mi cuerpo
hasta tu mismo centro.
Y en este tránsito voy sintiendo
cómo me relampaguea el alma
al abrigo de tu gracia.
Me voy desvaneciendo
a medida que nos fundimos
justo en mitad del silencio...
Para ser cómplices y testigos
del fluir delicioso y sereno
de esta corriente salvaje,
que dialoga en las orillas
formando remates de encaje,
que nos ensancha la mirada
y nos engrasa los engranajes
para sentirnos completos
desprovistos ya de ropajes.
Ahí donde el tiempo no cabe
justo en mitad del silencio...
del instante que precede
al estallido eterno
de nuestro ser
en un beso.
Josiño..)
miércoles, 18 de noviembre de 2015
jueves, 15 de octubre de 2015
Reivindicación de mis Ejércitos
Voy a vestir tu corazón
con enjambres de versos,
para fundirme en la materia sublime
del algodón de tu latir pausado y sincero.
Voy a acompasar tu inocente parpadeo
en un ejercicio de parsimonia,
produciendo un estallido de gloria
reivindicando mis ejércitos de mariposas
sobrevolando el cielo de tu memoria...
para alunizar resplandecientes y ansiosas
en la bahía creciente de tu magia.
Voy a vestir tu corazón
con enjambres de versos,
y a desnudarte los labios de besos.
Josíño..)
domingo, 30 de agosto de 2015
Con Premeditación Adventicia
que se alimenta del silencio
y se atrinchera traicionera,
en los peldaños de mi cuerpo.
Hay una tesitura
engalanada de misterio
que me desabrocha el aliento.
Es un sedimento
que me afloja el caminar,
que se aloja en mi despertar,
que me frunce los sueños
y a penas me permite respirar.
Hay un enjambre de destellos
que me andan arañando el deseo,
encaramado con gran tesón
al eterno resplandor
de tu líquida respiración.
Hay un estruendo
que hace rechinar las bisagras
con las que tu sonrisa
me abre de par en par
las leves puertas del alma.
Y un clamor candente
de besos incandescentes
descendiendo como lava
por las vertientes de tu espalda.
La premeditación adventicia
de la estructura de una caricia
que constituye mi sueño,
explorando con fina destreza el sabor
de cada uno de tus besos;
para acabar implorando al noble universo
volver a tener noticias
de este amor de roble e incienso
con el que celebramos esta pasión
que está más allá
de palabras y silencios.
Porque nos late en medio del pecho,
y nos espera paciente
para estallar resplandeciente
en la antesala del próximo beso.
Josiño
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