miércoles, 15 de abril de 2015

Cuando no estás


En este breve espacio
que subsiste a duras penas
entre tu piel y mi deseo,
me van creciendo esquejes
por entre las ramas de mi pecho.

Y tu ausencia se retuerce
como un animal maltrecho
que pretende encadenar su pesar
a la sombra irreverente
que desprende este barbecho.

Condenándome a besar
tu imagen bidimensional
que me sonríe inerte y contumaz
detrás de un leve cristal.

Atando mi fragilidad
a la espera que me concede
la humilde potestad de soñar
con el axioma intangible
del precipicio de tu beldad.

En el breve espacio en que no estás,
me crecen raices por las arterias.
Y mi corteza ya echa en falta
la certeza inconfundible
de tu mano envuelta en llamas
desbaratando mis estambres,
alborotándome la sangre...

Que te busca sin encontrarte,
que te nombra sin que respondas,
que te muerde, te suspira
y se vierte incombustible.
Para encaramarse a la vigilia
del aroma irrepetible
del hospicio de tu cuello.

Abrazando tu magia infinita
que me concede por pleno derecho
la potestad de abrasarme
en el auspicio irresistible
del concilio de tu cuerpo,
fiel vestigio irreductible
del augurio de mi cielo.

                                                                      
                                    Josiño..)