lunes, 21 de julio de 2014

Bajo una Lluvia INfinita y ConciSa


Frágil,
dispuesto al milagro,
sensible, prosternado
ante el cálido resplandor
de esa sonrisa amatista
desde la que me divisas.

De esa sonrisa proindivisa
que me pellizca
y desfibrila sin descanso la herida
de un antiguo sueño sin dueño,
que por fin resucita.

Al amparo de un relámpago
centelleante,
que me llena de dicha
bajo la lluvia infinita y concisa
con la que tus ojos me salpican.

Esa mirada esmerilada
pertrechada en perpetua danza inflamable
con la que vamos inventando los días.
Incinerando antiquísimas averías,
en un clamor incandescente
de endorfinas enfervorecidas
que van abriendo convencidas
la llave de paso 
por la que fluye el peso de la alegría
con la que vas engalanando mi vida.

En el clamor iridiscente
con el que me agita
esa sonrisa precisa
desde la que me contemplas
para remojar todas mis prisas
en la serenidad y la humildad
con la que me sana tu magia
de suma sacerdotisa.
                                                                   José ángel..) 


"No basta un gran amor para retener eternamente al ser amado
si no se sabe al mismo tiempo llenar toda la vida de este
con una riqueza incesantemente renovada"

(André Maurois - Climas)