martes, 11 de junio de 2024

Sarmientos que el Tiempo Afila y Desafía

 
Como aspas de un molino
que giran sin descanso,
vamos moliendo caminos,
hollando tibios sentimientos,
pretendiendo haber vivido.
 
Dejando que el agua se restriegue
entre nuestros dedos retorcidos,
como sarmientos que el tiempo afila y desafía
desfilando a paso ligero por los momentos,
como si nada fuese conocido
y cada instante pudiera llegar a ser cierto.
 
Somos voluntad y memoria, 
fértiles granos de sueños perdidos,
que el viento mece a su antojo
y esparce sin ganas por los rastrojos. 

Como sangra la simiente
en la tierra seca y agreste
la tristeza y su amargo olvido,
esparciéndose queda y silente
por los vastos campos de trigo.
 
Desvaneciéndose indolente 
tras otro invierno malherido,
con la esperanza entre las cejas
de ser fieles a nuestras raíces,
de jamás darnos por vencidos.
 
Con las palabras mojadas,
gotea nívea la mente 
y los remordimientos precisos.
Añorando viejos tiempos,
donde un día la alegría
bailaba con nuestro destino
y escribía sin prisa su sonrisa
tras los pasos del peregrino.

Con la manos agrietadas
de tanto que hemos sufrido
seguimos labrando las penas,
amasando con esponjosa valentía
el pan nuestro de cada día.

Regamos todas las piedras
y nos abrazamos a ellas
como si fueran a brindarnos
algún tipo de tregua,
un sutil paño de dureza
que otorgara cierto sentido 
a cada uno de nuestros latidos.
 
Nos cruzamos como estrellas
que van huyendo de su trayectoria
pretendiendo haber vivido.
Vamos hollando emociones
que ni siquiera nos rozan,
desvaneciendo nuestras huellas  
como aspas de un molino
que giran sin descanso
en un eterno laberinto.
 
Como aspas de un molino
que giran sin descanso, 
vamos moliendo caminos
arando y sembrando ilusiones
en una tierra de secano.
 
Como si nada fuese conocido
y cada instante pudiera llegar a ser cierto,
por si acaso un día lloviera
y nuestro corazón sintiera
algo con olor a pan y a tierra
algo semejante a la vida.

                                          Josiño ;)



 

miércoles, 4 de septiembre de 2019

En un Andén del Recuerdo






Hubiera sido una tarde como otra cualquiera
de no ser porque aquel autocar venía cargado de ella.
En aquella vieja estación de autobuses, la espera palidecía
envuelta en un otoño que iba amarilleando el momento 
con las mejores intenciones.

Más tarde,
hubo otras esperas en diferentes estaciones,
pero ninguna fue comparable al resultado de aquella.
En la que unos ojos inundados por el entusiasmo,
le adivinaron entre una muchedumbre aséptica,
en un andén del recuerdo.

Ahora rememora aquel bajar atropellado del autobús
sin perderle de vista,
aquella alegría tan pura y elocuente.
Aquellos pequeños brazos 
tan increíblemente abiertos.

Hubiera sido una tarde como otra cualquiera
si hoy él no comprendiera...
..que hubo un episodio de su existencia
en el que su vida tuvo un cierto sentido,
al ver llegar un autobús rebosante de sus latidos,
dibujados con el pulso amable de la dicha
en aquella inolvidable sonrisa.

                                josé ángel..) 

 
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En el Fondo de los Cajones


Entre nuestras escasas victorias
y algún que otro sinsabor,
se nos escapan los días
por una puerta entreabierta.


Abrazados a glorias de antaño
que siguen batiendo las alas
en los rincones de la despensa.

Dejamos que nos pase la vida
como agua que corre por las acequias.


Su sonido monótono nos mece y adormece
con su serena cadencia,
anegando nuestras estancias
con inquebrantable clemencia;
empapándonos de culpas
y ahogándonos en la miseria.


En este fluir de espejos rotos
vamos dejando de ser lo que somos,

para asomamos a los balcones
con las mejores intenciones,
y abandonamos nuestras ilusiones
en el fondo de los cajones.


Y día tras día...
abrillantamos nuestra conciencia

y alimentamos la melancolía
con retazos de antiguos sueños hechos jirones
que se desvanecen sin la menor indulgencia
en los trasteros de los corazones.


Josiño..)